Era el frió tan
intenso que corría entre mis venas, las personas me acusaron de no llorar, de
ser un monstruo sin sentimientos, pero era aquel frío el que estaba matándome,
quemando en mi interior, siendo tan fuerte y penetrante, tan duro y abrazador,
no era posible soportarlo, por eso el filo bailo por mi piel, tratando de dejar
escapar a un alma que ya no cabía en un cuerpo, tratando de volver negro
ruidosos pensamientos, trazo paisajes por mis brazos que yo no podía dejar de
admirar, hizo mentira las realidades, perdiendo el sentido de esta humanidad,
aunque el frío nunca había ganado, porque así como llegaba siempre se fue, pero
dejo marcada esa pregunta que nunca he sabido responder, sé que vienes y te vas
pero ¿y si algún día llegas para no irte?